En la pocha gana la partida el que consiga el mayor número de puntos tras jugarse todas las manos establecidas. Para ganar puntos es necesario conseguir en cada mano el número de bazas que se han predicho antes del inicio de la misma.

Si se acierta el número de bazas ganadas en una mano se ganan 10 puntos más 5 por cada baza ganada. Si no es así se pierden 5 puntos por cada baza de diferencia con la predicción inicial.

En el juego se reparten inicialmente el mismo número de cartas para cada jugador (el número de cartas varía de una mano a otra según lo que se haya elegido. Por defecto se juegan tantos manos de una carta como jugadores haya, después se incrementa una carta por mano hasta que se lleguen a repartir todas las cartas. Se juegan tantas manos repartiendo todas las cartas como jugadores haya. Después se juega una carta menos por mano para jugar finalmente tantas manos de una carta como jugadores). La siguiente carta se descubre y marcará el palo de triunfo. Esta carta se depositará sobre el montón de las cartas sin repartir (si se reparten todas las cartas el triunfo lo marcará la última carta repartida que se le entregará al jugador correspondiente).

Cada jugador indicará entonces el número de bazas que prevee ganar en esa mano. En la primera mano el jugador que empieza se elige al azar y en las siguientes manos lo hará el siguiente al que empezó en la anterior. El último jugador en hacer su predicción no podrá escoger un número de bazas tal que las predcciones de todos los jugadores sumen el número de cartas en juego.

Cada jugador juega por turnos empezando por el que hizo la primera predicción. En su turno cada jugador debe echar una de sus cartas (siendo necesario asistir, montar, fallar y pisar). Una vez todos los jugadores han echado sus cartas la baza la gana el jugador que ha echado el triunfo de más valor y de no haber ninguno la carta del palo inicial de mayor valor.

Las cartas de más valor es el as (1), seguida por el tres (3), el rey (12), el caballo (11), la sota (10), 7, 6, 5, 4 y 2.

En las partidas a 3 o 6 jugadores sólo se usan 36 cartas (se juega sin doses en la baraja).

Las siguientes bazas de esa mano las empieza el que ha ganado la anterior.

Al final de la mano se suman 10 puntos a cada jugador que haya hecho el número de bazas que había indicado inicialmente más otros 5 puntos por baza y se le restan 5 puntos por cada baza de diferencia con las predichas a los que no hayan acertado.

Se iniciará, empezado el jugador siguiente al que lo hizo en la anterior, otra mano hasta que se completen todas las manos establecidas.

Se denomina asistir a la obligación de echar una carta del mismo palo de la de salida en cada baza.

Montar es echar una carta del palo de salida y mayor valor. Es obligatorio hacerlo siempre que no haya salido un triunfo.

Si no se dispone de cartas del palo de salida es necesario echar un triunfo (fallar). Si ya hay triunfos en la mesa es necesario pisar, es decir, echar un triunfo de valor superior a los existentes en la mesa. Si no se puede pisar no es necesario echar un triunfo y se puede echar cualquier carta.